La sensación de que Argentina queda injustamente eliminada -más allá del VAR- en cuanto a lo futbolístico, deja a las claras que el proceso de renovación del seleccionado nacional comenzó en base a estos futbolistas. El próximo entrenador que venga, tendrá más certezas que dudas.
Con los referentes a la cabeza, respaldando a un grupo de juveniles, debe partir el futuro de la Selección Argentina. Messi y Agüero se ganaron futuras convocatorias por lo hecho en el campo y armando un tridente solido junto con Lautaro Martínez.
¿Lo positivo? Altos niveles del centrodelantero del Inter, de Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Juan Foyth, entre otros. En ellos está la esperanza; con un crédito más que abierto.
El arquero se consolidó a partir del penal atajado a Derlis González en el empate ante Paraguay. El jugador de River tuvo competencia en el puesto hasta la lesión de Andrada; a partir de entonces, sumó confianza y mantuvo la valla invicta en dos oportunidades. No tuvo grandes responsabilidades en los goles recibidos. Será el arquero por un largo tiempo.
El defensor del Tottenham fue utilizado en dos puestos; primero de marcador central, ante Qatar, y luego de marcador de punta. En este último repitió ante Venezuela y Qatar, cerrando dos grandes actuaciones. Con Brasil volvió a tener un gran rendimiento, tal es así que Tite sacó a Everton en el entretiempo. Tiene 21 años y el crédito más que abierto.
Quizás uno de los puntos más flojos de la defensa. Se lo vio con grandes problemas a la hora del mano a mano y no logró complementarse a Otamendi. Se gana un lugar a partir de bajos rendimientos ajenos y de la lesión de Kanemann. No obstante, tuvo una Copa discreta. Debe mejorar.
Buenos y malos momentos. No llega a consolidarse como el líder de la defensa que supo ser años atrás. Ante Colombia desaprobó, con Venezuela cerró un gran partido. Contra Brasil, tuvo puntos altos y bajos. Sin dudas, la poca continuidad en el City se notó. Deberá buscar titularidad para volver a ser el de antes.
Ante Brasil, tuvo su peor partido desde que está en la Selección. Jugó condicionado desde los 8′ por la amarilla y no dio la confianza que transmite siempre. A lo largo de la competencia, demostró ser el más regular de la última línea aunque lejos estuvo de ser el jugador que la rompió en Ajax. No fue el mismo en ataque como suele serlo en su equipo. En la marca siempre cumple. Debe seguir.
La gran aparición; cien por ciento de Scaloni. El jugador del Udinese contagió con entusiasmo, las pidió todas y mostró gran personalidad para transformarse en un indiscutido a partir del empate ante Paraguay. Deberá seguir demostrando pero se ganó, sin dudas, un lugar en las siguientes convocatorias.
Mostró que tiene capacidad. Debe mejorar y mucho, pero dejó grandes actuaciones y un crecimiento esperanzador. Quizás le faltó compañía a la hora de marcar, y por momentos careció de oficio, en un puesto que no es para nada sencillo. Tiene las herramientas para consolidarse. Le sobra calidad, y le falta marca: las dos caras del “Cinco de la Selección”.
No tuvo su mejor partido ante Brasil y quedó expuesto en varios pasajes del encuentro. Sin embargo fue la pieza que Scaloni terminó de poner para poder mantener el trio de arriba. A lo largo de su participación, su compromiso en defensa y ataque nunca faltó. Ofreció equilibrio a un equipo que, sin él, se partía.
Lo dijo el propio Lionel: no fue su mejor copa. Sin embargo, apareció cuando el equipo más lo necesitó, y menos lo acompañó. Ante Brasil, fue líder: adentro y afuera. Las pidió todas y estuvo cerca de gol. Tiene ganas de seguir, y eso es una gran noticia para toda la Argentina. Se siente involucrado en el proyecto, quizás, como hacía rato no se lo veía. Si Messi está, el futuro estará más allanado.
Es jerarquía pura. No tuvo una de las mejores copas; le dejó en bandeja las luces a Lautaro, cumpliendo una función que no acostumbra a hacer. Debía hacerlo, si quería que el trío tenga vida. Hizo un desgaste y un “trabajo sucio” colaborando con la marca, y por momento logró buenas asociaciones con el Toro. Es uno de los mejores centro delanteros del mundo; tiene que seguir y ser el referente, junto con Leo, que Argentina necesita.
Es la cara de la renovación. Le da frescura al equipo; al igual que De Paul, contagia con sus ganas. Le sobra calidad en ofensiva, pero también tuvo que colaborar con la marca para que el tridente sobreviva. Cuando jugó sin Agüero, no pudo tocar una pelota; junto al Kun, supieron complementarse y moverse en el frente de ataque; se debe seguir apostando por esa sociedad. Lautaro es, sin dudas, el jugador argentino de la Copa América; el que más jugo le sacó a su participación.
Comenzó como indiscutido pero el nuevo sistema lo marginó. No pudo ensamblarse en el once y terminó perdiendo el puesto, siendo siempre el primer cambio para Scaloni, quién tiene una gran consideración sobre él. Debe seguir creciendo como hasta ahora y volverá al 11 caminando. Tiene todo para triunfar. Integra el grupo de la ilusión del futuro.
La Joya no logra tener los minutos que desea en la Selección. Tan solo 27′. Sin embargo, cuando entró, dejó una grata impresión. Sus minutos ante Qatar donde dio una asistencia y creó un par de situaciones, dejaron margen para ilusionarse. Su calidad es incuestionable pero tendrá que lidiar con la presencia de Lionel Messi y su compatibilidad dentro de un campo de juego. Es otro de los estandartes de la renovación.
Quizás fue el último tren del Fideo. El jugador del PSG no logra plasmar lo que hace en Francia, con esta camiseta. Tuvo pocas oportunidades pero no las aprovechó. Jugó tan solo 129′. No estuvo fino, ni hizo pesar su presencia dentro del campo de juego. Apenas un par de destellos enchufado ante Venezuela y con el partido liquidado. Difícilmente sea convocado nuevamente.
Aprobado. Comenzó con el pie izquierdo: se equivocó groseramente en los dos primeros partidos con cambios insólitos, pero no fue caprichoso y supo acomodar las piezas para encontrar el equipo sobre la marcha. Y ese quizás es el primer mérito más importante de todos. Encontró una base que será muy usada a futuro; formó un buen grupo y los levantó de un pozo post empate con Paraguay. ¿El segundo galardón? Le jugó de igual a igual a una Selección trabajada como la brasileña y lo borró de la cancha por momentos. Jugó, tal vez, el mejor partido de una Selección Argentina en mucho tiempo. Típico de un entrenador novato: le hicieron pagar el derecho de piso. Redondeó una buena imagen, aunque con mucho por mejorar.
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