Un primer tiempo para el el olvido. Argentina es un equipo sin sorpresa, totalmente previsible. Que no tiene respuestas ni adentro de la cancha ni desde afuera. Le falta jugar a la pelota a este equipo que está penando en la Copa América, asi de simple y básico. No logra llegar a lo más primitivo, a lo del barrio, jugar, dársela al compañero, teniendo como objetivo el arco contrario. Un verdadero desastre.
¿Paraguay? Un equipo pobre que ante la incapacidad del conjunto de Scaloni empezó a tomar confianza. Tuvo dos contras en el primer tiempo en las que hizo temblar a la albiceleste. En una de ellas, llegó el gol de Sánchez, tras una corrida profunda y centro atrás de Almirón. ¿La defensa de Argentina? Lenta, estática. Una verdadera pena.
Argetina ya ni siquiera tiene los chispazos de Messi (pobre Messi), El conjunto argentino decepcionó en los primeros 45, no tuvo llegadas al arco, salvo un tiro libre del 10. ¿Se podía esperar algo más? Realmente, no.
Y ante tanta negativa, de la única manera en la que se puede llegar es desde la inspiración individual. Agüero (que entró por Pereyra) la bajo muy bien y generó la jugada para Lautaro que terminó en penal (por el VAR). Penal de Messi y gol del 10.
Ahora bien, la falta de coherencia que se genera desde el banco, asombra. Tras el empate, Paraguay quedó tocado pero el DT Argentino sacó a Lautaro en una decisión que pone en jaque su lectura de juego.
Se le exigía a Franco Armani una actuación digna de las de River. Y la pudo tener. Tuvo su momento. Tapó un penal y una jugada doble que dejó con vida a la selección.
Argentina empató, sigue con vida. Pero de fútbol poco y nada.
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