Un equipo de altura
¿Cuántas líneas se escribieron sobre la elección de Alfaro de llegar un par de días antes a Quito? ¿Cuántos minutos del éter se consumieron hablando sobre la arriesgada jugada del hombre de Rafaela de contra toda pronóstico desafiar las leyes médicas contra la altura? Cientos, miles. Pero lo que parecía ser una locura, terminó dando unos frutos para el deleite.
La lección sigue siendo de esas que da el fútbol: mucho se puede escribir, mucho se puede hablar pero la verdad está en el rectángulo verde.
Y la verdad, para el conjunto de Alfaro, todo salió redondo, tal cuál lo estudió. El Xeneize dio una muestra de personalidad en una tierra que le fue siempre esquiva. Quedó muy bien parado para la revancha en la Bombonera. Y los hinchas se ilusionan con el cruce superclásico. Todo a pedir de Boca, todo Redondo. Cuestión de tiempo.
