Ahora, Martín Costa, nos deja su opinión desde Madrid.

Llegó el gran día, la hora de la final, ya no hay excusas, no hay vuelta atrás, va a definir quien se queda con la Copa Libertadores de América. Más allá de todo lo que tuvimos que vivir, no dejamos de sentir esa sensación rara, esa adrenalina a tan pocas horas del partido. El nerviosismo de lo que será esta gran final entre River y Boca. Sin embargo, no me olvido de los desvirtuada que está esta copa, de toda la gente que se quedó injustamente en Argentina, en todos aquellos que pagaron su entrada para ir al Monumental y hoy no podrán estar presentes y los socios de River que no tendrán la oportunidad de ver a su equipo en su cancha como si pudo Boca. Pero también es lógico que una sanción tenía que caer sobre River. Por eso es que digo que es una sensación rara al estar tan lejos y definir una copa de Sudamérica en otro lado.

En cuanto a lo futbolístico, aún no se sabe como formaran varios equipos. No obstante, últimamente, estando tan cerca de los jugadores de Boca, aprendí que lo psicológico, lo anímico, el constante aliento de la gente, por momentos sirve mucho más que lo táctico. En los últimos partidos, uno vio a River mucho más convencido que a Boca, con una idea más clara. A Boca le costó adaptarse al desarrollo del encuentro. Imagino un partido muy distinto al de la ida. Aquel fue abierto, con muchas situaciones de gol. Hoy creo que será un partido cerrado, friccionado, con mucha pierna fuerte ya que no corren las amarillas. Un día el Coco Basile dijo: “Cuanto mejor te levantes, mejor vas a rendir” queda a la perfección con el partido de hoy. Mucho tiene que ver la cabeza, como te hayas preparado, dejar los miedos de lado. El miedo es lógico, cualquier ser humano lo tiene ante algún desafío, pero el que menos lo tenga, creo que será el campeón en Madrid. A mi me da la sensación de que el que haga el primer gol, probablemente se termine quedando con el título. El nerviosismo puede jugar un papel muy importante ante eso…

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